FIBROMIALGIA: Causa de incapacidad permanente

FIBROMIALGIA: Causa de incapacidad permanente

Por fin podemos decir que la fibromialgia es causa de incapacidad permanente. Esta patología, que hasta hace muy poco tiempo carecía de un recorrido jurisprudencial sólido para determinar el grado en el que disminuía la capacidad laboral, es merecedora en la actualidad, en la mayoría de los casos, de la prestación de incapacidad permanente.

Esta enfermedad crónica que provoca dolor generalizado, mal descanso nocturno y fatiga, entre otros muchos síntomas, afecta a más de un millón de españoles, y de esta cifra el 90% son mujeres (datos INE), se caracteriza por un dolor  musculo-esquelético generalizado y una hipersensibilidad en múltiples puntos del cuerpo, lo que provoca que ante mínimos cambios en temperatura, humedad y otros cambios físicos, por muy pequeños que sean, provocan intenso dolor en la persona que la sufre.

Desde el punto de vista jurídico, esta patología puede mermar o disminuir considerablemente la capacidad para el trabajo de la persona que la sufre, requisitos para ser merecedor de la prestación de incapacidad permanente. Si bien hasta hace pocos años, y dado a la tradicional dificultad para determinar el grado de dolor y por tanto el grado de capacidad laboral, hasta hace poco tiempo no ha habido una delimitación por parte de Juzgados y Tribunales a los efectos de determinar cuando la fibromialga es incapacitante.

En este sentido, la fibromialgia se diagnostica y sobre todo, se determina su agudeza y sus efectos para el trabajo mediante los denominados puntos gatillo. Los puntos gatillos son puntos determinados en el cuerpo en los que el dolor se agudiza, y son precisamente estos puntos (existen 18 puntos gatillo repartidos por el cuerpo), los determinantes de la intensidad de la enfermedad.

A pesar de que la doctrina actual tiende a considerar que con 11 puntos gatillo se padece fibromialgia, lo que verdaderamente determina la capacidad laboral no es el padecimiento de la enfermedad, sino los síntomas que a esta se asocian, y que son los que verdaderamente disminuyen la capacidad para trabajar. En este sentido el hecho de que se constate que un enfermo tiene más o menos puntos gatillo, no es del todo determinante para la incapacidad permanente, sino que hay que estar a las disfunciones que los efectos de la enfermedad provocan sobre la capacidad para el trabajo, variantes que son las que valorará el INSS.

En este sentido y como decíamos al principio de este artículo desde hace varios años, la determinación y objetivación de la fibromialgia y enfermedades relacionadas como el síndrome de la fatiga crónica se ha estandarizado y profesionalizado, frente a la carencia legal de un sistema de valoración de esta patología que provocaba años atrás una increíble dificultad para su valoración y determinación.

Ante cualquier sospecha de desarrollo de esta enfermedad se debe acudir al reumatólogo a los efectos del inicio de un diagnóstico eficaz y sólido. Todo ello unido al acopio de documentación médica que pruebe y diagnostique la enfermedad será básico para el reconocimiento de la prestación por incapacidad permanente por esta patología reumática.

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